mencionados. Si la educación es una preparación para la vida démosles herramientas que les sean útiles, y que les ayuden a desenvolverse en ella. La nueva reforma educativa es una oportunidad para que estos conocimientos se incluyan de forma que todos los alumnos tengan la garantía de aprenderlos. El problema es que al contrario de lo que dice el refrán, el saber sí ocupa lugar (o al menos tiempo) en algunas de las 30 horas de clase semanales que tienen los chavales.
Así pues, si consideramos que saber algo de economía debería ser necesario para todo el mundo nos quedan dos alternativas: o aumentamos las horas de clase (algo difícil en una época en la que se plantea que los chavales no hagan deberes) o decidimos sacar a Platón, a Garcilaso, a la calcopirita o cualquier otro conocimiento del currículo. Comprenderán que no me pronuncie sobre qué alternativa elegir, ya que yo volveré al instituto y esto lo pueden leer mis compañeros e incluso, milagro mediante, mis alumnos y no quiero que ninguno me mire mal. Enfrentarse a una situación como esta, en la que no queda otra que elegir una cosa y por tanto descartar otra, nos pasa constantemente en la vida, es necesario entenderlo. Se llama coste de oportunidad y también se aprende en la clase de economía.
*Profesor y economista