Jueves, 11 Junio 2020 09:48

Economía en la Escuela- Artículo de Opinión de Alfonso Alegre Destacado

Economía en la Escuela- Artículo de Opinión de Alfonso Alegre

El Periodico de Aragón

Decía el escritor (y economista) José Luis Sampedro que del Bachillerato se salía conociendo la calcopirita, pero sin saber lo que es un banco. Afortunadamente hace ya unos cuantos años, que sí se da la economía en Bachillerato, y alguno menos que se imparte en la ESO. Lamentablemente las materias de economía son optativas a diferencia de muchas otras. Así, la inmensa mayoría de los alumnos terminan el Bachillerato e incluso la ESO conociendo la teoría de las ideas de Platón, los versos endecasílabos de Garcilaso o la capital de Burkina Fasso, además de la calcopirita.

No seré yo, aficionado a la filosofía, quien critique que los chavales conozcan a Platón, o a Garcilaso, pero estaría bien que a todo el alumnado se le enseñara qué es una hipoteca, el tipo de interés de los préstamos de Cofidis, qué es un convenio colectivo, qué significa eso de que la renta «te salga a devolver», o incluso rizando el rizo valorar si jugar en una casa de apuestas es una inversión o un disparate.

La razón me parece evidente: a todos los alumnos, con certeza, les van a afectar (y mucho) en su vida algunos de los ejemplos antes

mencionados. Si la educación es una preparación para la vida démosles herramientas que les sean útiles, y que les ayuden a desenvolverse en ella. La nueva reforma educativa es una oportunidad para que estos conocimientos se incluyan de forma que todos los alumnos tengan la garantía de aprenderlos. El problema es que al contrario de lo que dice el refrán, el saber sí ocupa lugar (o al menos tiempo) en algunas de las 30 horas de clase semanales que tienen los chavales. 

 

Así pues, si consideramos que saber algo de economía debería ser necesario para todo el mundo nos quedan dos alternativas: o aumentamos las horas de clase (algo difícil en una época en la que se plantea que los chavales no hagan deberes) o decidimos sacar a Platón, a Garcilaso, a la calcopirita o cualquier otro conocimiento del currículo. Comprenderán que no me pronuncie sobre qué alternativa elegir, ya que yo volveré al instituto y esto lo pueden leer mis compañeros e incluso, milagro mediante, mis alumnos y no quiero que ninguno me mire mal. Enfrentarse a una situación como esta, en la que no queda otra que elegir una cosa y por tanto descartar otra, nos pasa constantemente en la vida, es necesario entenderlo. Se llama coste de oportunidad y también se aprende en la clase de economía.

*Profesor y economista

Visto 2287 veces