En paralelo, durante la última edición de South Summit se hizo especial hincapié en la necesidad de transformar la educación para adaptarla al momento actual, reto para el que las startups y la innovación son ejes clave.
Así como el papel que juega los profesores en este contexto de innovaciones. En este sentido, la ponencia de Alper Utku, presidente del European Leadership University, fue muy reveladora ya que apuntó "los profesores se están dando cuenta de que se tienen que adaptar a las nuevas tecnologías y formas de aprendizaje. Ahora, uno de los grandes retos de la educación, y de todas las industrias, es el paso de lo físico a lo digital, sin dejar de ser social; permitir aprender desde cualquier lugar y mejorar las experiencias de aprendizaje de los estudiantes".
Pero, ¿se puede enseñar a emprender en los colegios? Ser un emprendedor no significa tener un ADN especial, es una actitud que se puede aprender y enseñar. Pero, tradicionalmente, la cultura del emprendimiento se ha establecido a partir de la etapa universitaria. Una tendencia que ahora se pretende reorientar para impulsar estas habilidades emprendedoras de manera gradual desde que los niños entran en el colegio.
Así, numerosos expertos que debatieron en el marco de South Summit sobre Educación coincidieron en que el emprendimiento y la innovación son imprescindibles para transformar y hacer avanzar a la sociedad. Y los niños son la base de esa sociedad, por lo que promover este pensamiento desde pequeños es de gran importancia. Por este motivo, desde el año 2014, South Summit, junto con la Fundación Créate, llevan a cabo la iniciativa 'South Summit Kids', para fomentar el emprendimiento entre alumnos con edades comprendidas entre los 9 y los 15 años.
De hecho, todos coincidieron también que el concepto de crear, emprender, arriesgar e innovar se aprende en las aulas y se debe incorporar en todas las fases educativas. Es más, la actual normativa europea, estatal y autonómica afirma que el espíritu emprendedor es una competencia clave que debería integrarse en el currículum, mantenerse y reforzarse con el paso de los años.
En resumen, durante el pasado South Summit, los expertos participantes en el ámbito de la Educación coincidieron en la necesidad de reforzar la capacidad para crear y alcanzar metas como primer paso para fomentar el espíritu emprendedor en los alumnos. Y recordaron a los estudiantes, de cualquier etapa, que ser creativo implica pensar diferente y ser innovador es sinónimo de arriesgar y llevar las ideas a la práctica.
Por tanto, formar a jóvenes más activos, capaces de crear proyectos y llevarlos a cabo no solo beneficia a su propio éxito, sino que ayuda a crear una sociedad más emprendedora e innovadora.